
Este mes de julio del año 2020 se cumplen cuarenta años de la muerte de un hombre que fue historia viva de su tiempo, un revolucionario de acción y de palabra, pues manejaba perfectamente la oratoria. Murió solo, murió lejos de Reus, su pueblo natal; y yacen sus huesos en Guadalajara, México, país donde se exilió. Este artículo, además de repasar su vida política en una efeméride tan señalada, quiere dar a conocer la investigación histórica que ha propiciado localizar la tumba de Juan García Oliver, desconocida hasta el momento actual. En tierras mexicanas se encuentra uno de los corazones más apasionados de la memoria libertaria.
Juan García Oliver fue camarero de profesión desde los trece años en diversos restaurantes de Barcelona, tuvo una trayectoria vital intensa, trepidante y novelesca. Es una de las figuras más importantes del anarcosindicalismo español que encierra una de las rarezas más peculiares de la historia libertaria, y es que este militante anarquista catalán fue nombrado Ministro de Justicia el 4 de noviembre de 1936, en plena Guerra Civil española. Un revolucionario que tan solo había pisado los tribunales como acusado, y que había pasado doce años de su vida en prisión por sus acciones en el grupo Los Solidarios en los años 20, y posteriormente en la República española por practicar la táctica de la gimnasia revolucionaria.
FUENTE: TODO POR HACER