‘La maleta’, un libro para recuperar la memoria del anarcosindicalismo y las luchas obreras

Josep Pimentel mezcla realidad y ficción en ‘La maleta’, a través de la cual recorre la Barcelona revolucionaria de 1936, el Frente de Aragón y las colectivizaciones

Eliseo es un obrero hijo de migrantes del sur de España, que se trasladó con su familia a Barcelona en el primer tercio del siglo XX, primero en el barrio Chino y después en el barrio obrero del Poblenou. Es “un ejemplo de anarcosindicalista que se hace a través de las luchas obreras en la fábrica”. 

La suya no es una historia real como tal, es un compendio de historias de diferentes personas que Josep Pimentel ha fusionado para hablar del anarcosindicalismo y las luchas obreras. LEER MÁS

fuente: EL DIARIO.ES

Desmitificando a Emma Goldman

No es el caso de todas las obras sobre el anarquismo que tengo a mano, pero en varias de ellas parece que las mujeres, incluida por supuesto Emma Goldman, quedan fuera de foco, como si tal doctrina fuese, como el soberano, cosa de hombres: Una ojeada rápida a la obra clásica de James Joll, el pequeño léxico filosófico de Daniel Colson, o la consulta de otros libros que tengo a mano como Les @narchistes de Pierre Michel en el que asoma su nombre una sola vez, catalogada como militante americana, junto a los nombres de algunos periodistas, relacionándolos con la guerra de España, ni en el Ni Dieu ni Maître de Daniel Guérin, ausente igualmente en dos breves antologías en francés (una de Textuel, L´anarchisme dans les textes de Irène Pereira, la otra de Librio: Ni Dieu ni maître! De Christophe Verselle), en fin :…¡cosas!

Ahora tengo en las manos una obra dedicada a la lituana (Kaunas, 1869- Toronto, 1940), quizá junto a Louise Michel la más célebre militante y teórica anarquista: «Emma Goldman. La unión apasionada de pensamiento vida» de Laura Vicente y Agustín Comotto, editado por Calumnia Edicions; los textos son de la profesora y especialista en historia de las mujeres, y las ilustraciones de Comotto, desde la misma portada hasta el final con seis significativas imágenes intercaladas, a página entera, que podría decirse que hablan por sí solas, obviamente en compañía del verbo de Laura Vicente, una complementariedad que es un verdadero primor de edición, y no hablo solamente de la presentación. No falto a la verdad si digo que lo breve si bueno… que en esta caso se cumple a las mil maravillas.

La vida y el compromiso de esta mujer, en una unión indisoluble, quedan claramente expuestos desde las primeras líneas, del mismo modo que se ve que Goldman no se guiaba por un catecismo inflexible o dogmático, sino que su carácter y sus ideas podían variar, y rectificarse, según las circunstancias, más teniendo en cuenta su consideración acerca de la pluralidad del sujeto, compuesto de varias madejas, esta pluralidad que exigía la reforma de sí misma en la medida que esto supondría dedicarse más plenamente a los demás. Las miradas que acerca de ella se han publicado habitualmente han puesto el acento, en exclusiva, en el terreno de la teoría, considerando que sus ideas no eran más que mera repetición de las enseñanzas de Bakunin y Kropotkin, olvidando otros aspectos esenciales en su manera de encarar la existencia, el cuerpo, el placer, los afectos y los modos de vivir, terreno que comenzaba por sí misma; y obviando también que ella bebía de otras fuentes filosóficas, que hibridaba con las ideas de algunas corrientes radicales americanas: Henry David Thoreau, Walt Whitman y Emerson y su trascendentalismo. Precisamente esta obra es un intento, logrado, en subsanar esta mirada parcial. Vida ajetreada, de huidas y detenciones, la de esta mujer judía, exiliada y abiertamente anarquista, y de esperanzas frustradas como le supuso la revolución de Octubre y su autoritarismo como moneda corriente, que quedó plasmado de manera paradigmática en al aplastamiento de los rebeldes de Kronstadt. Motivo por el que ella y su marido escaparon a Lituania, de donde fueron expulsados a Suecia y de allá a Berlín; otra desesperanza vendría tiempo después al ver la derrota del pueblo y su revolución en la guerra civil del 36, a donde había ido por invitación de la CNT. Si he señalado que huyeron a Lituania, con anterioridad había sido expatriada a Estados Unidos, en donde se unió con Alexander Berkman, militante anarquista, hasta que éste fue detenido lo que llevó a Goldman a unirse con otro compañero, Ed Brady con quien -según confesaba- aprendió lo que era el sexo. En Nueva York fue detenida y encarcelada a causa de un discurso, explicando el uso de los anticonceptivos, y por la difusión de sus posturas sobre el control de la natalidad, dedicándose a promover la educación sexual, proponiendo una maternidad consciente; « la cárcel me había ayudado a descubrir mi propia fuerza, la fuerza para permanecer sola, la fuerza para vivir mi vida y luchar por mis ideales, contra el muno entero si fuera necesario». Austria, vuelta a Estados Unidos en donde gira propagando las ideas libertarias, en tiempos en que la propagación de las ideas anarquistas había sido prohibidas por la ley. Cuando su compañero, Berkman salió de prisión volvieron a unirse, acabando ambos dos expulsados del país de las barras y estrellas, junto a ciento cuarenta y siete revolucionarios más. Luego en 1920 es cuando fueron a Rusia en donde tomó contacto con Gorki, Lenin y Kropotkin. A raíz de tal experiencia mostró sus críticas en una obra al respecto, al tiempo, que, instalados en Saint Tropez, comenzó la escritura de su autobiografía. En 1940, falleció en Toronto de una congestión cerebral…allá a Canadá había marchado con el fin de recabar fondos para los exiliados de la guerra de España, muriendo con las botas puestas organizando una campaña de apoyo y solidaridad con unos compañeros italianos detenidos.

El libro está ordenado en diferentes capítulos que exponen los aspectos esenciales de la vida y las ideas de Emma Goldman: desde el primero que lda título al libro, Vivir como se piensaPensar como se viveIndividualismoEstado, FeminismoRevolución, cerrando la travesía con Concluyendo. A modo de sucesivos flashes se va dando una visión general de la mujer analizada y sus posicionamientos con respecto a las cuestiones nombradas. Se le puede ver, además de defendiendo algunas de las ideas expuestas más arriba y viviendo en medio de varias tormentas, defendiendo la centralidad del individuo y la necesidad de ampliar sus cotas de libertad, su idea del Estado como maquinaria de defensa de unos intereses bien definidos, y un favoritismo sin medida al que había que limitar, de donde sus rotundas críticas con respecto a la participación de algunas celebridades anarquistas en las tareas de gobierno como Federica Montseny y algún otro, una decidida apuesta por el antimilitarismo (postura que no gustó a las autoridades que prohibieron la revista en la que exponía sus ideas); deja clara su posturas con respecto a los derechos femeninos, reclamando la autonomía de las féminas e incidiendo en los ineludibles lazos entre género y clase social, opresión, la femenina, que no se solucionan con el derecho a ejercer el voto y el acceso al trabajo, con respecto a la revolución subraya la importancia de poner todos los medios para evitar en la medida de lo posible el ejercicio de la violencia a la vez que se pronuncia con rotundidad contra el autoritarismo de los bolcheviques, aplicando el jesuítico el fin justifica los medios, que llevaron las ansias revolucionarias al fracaso, imponiendo la pasividad y la obediencia, el antídoto residiría en la ampliación de la libertad, el mantener vivas las llamas de la revuelta en las masas y en fomentar el apoyo mutuo, «el genio creativo del pueblo, de la cooperación entre el proletariado intelectual y manual. El interés común es la máxima de todo empeño revolucionario»…sus críticas, teñidas de llamadas a tener en cuenta las emociones y a sostener la relevancia de la ética, eran consideradas por la nomenklatura como puro sentimentalismo burgués.

Su espíritu libertario se deja ver en sus relaciones afectivas, además de incluir los sentimientos como algo a tener en cuenta del mismo modo que reivindicando lo privado como algo público y no solamente como un asunto individual, con abierta preocupación por las microprácticas aplicadas a todos los aspectos de la existencia…El espíritu anarquista debía de empapar las diferentes esferas de la actividad humana: así, la educación, la actividad cultural, los medios de comunicación, la salud, la sexualidad, el bienestar social y la producción económicas.

Laura Vicente y Agustín Comotto reivindican una Emma Goldman que, como queda señalado, ampliaba la necesidad de que el anarquismo se extendiese al tejido social todo. La obra supone así un ejemplo de la combinación de la concisión con una clara capacidad a la hora de poner de relieve los aspectos más relevantes de la vida y pensamiento , y viceversa, de esa mujer que respondía al nombre de Emma Goldman y que fue un torbellino de vitalidad y compromiso, disfrutando de las cosas pequeñas, y grandes, de la vida e intentado que tal actitud se extendiese a los demás.

Por Iñaki Urdanibia para Kaosenlared

El teatro de Ibsen y los anarquistas

 Henrik Ibsen está considerado uno de los autores más influyentes en la dramaturgia contemporánea, uno de los padres del drama realista y del teatro simbólico; sus obras, todavía hoy, siguen representándose y llenando salas de teatro, por lo que es justo reivindicar a los primeros que supieran ver la hondura de sus transgresores dramas sociales.

El dramaturgo y poeta noruego, antes de que se pusiera de moda en España, ya fue apreciado por lo anarquistas debido a que encontraban en su obra muchos elementos con los que se identificaban. En la imprescindible obra de Lily Litvak, Musa libertaria, se afirma que los ácratas consideraron el teatro, como parte del arte y la cultura, como portador de mensajes y un medio para comunicarse directamente con el pueblo. Esta consideración del teatro como un instrumento social y transformador, expresión crítica de la realidad y capaz de resolver sus problemas, llevaría al pueblo a una identificación con la escena que jamás alcanzaría una intensidad mayor que con los anarquistas.

Si el teatro poseía ya una base popular, los libertarios se esforzaron en ampliarla. Buscando siempre un público entre la clase oprimida que se identificara con las reivindicaciones mostradas, las representaciones se acompañaban de todo tipo de actividades paralelas en las que se pudiera interactuar, y convertir así el teatro en jornadas dinámicas y recíprocas: publicaciones, conferencias, discusiones, música… Estas actividades recogían la idea del teatro del anarquista francés Jean Grave, el cual apostaba por grupos creadores libremente asociados, que darían lugar a una estética libertaria enfrentada a las representaciones profesionales y comerciales. Esta visión de Grave es, a su vez, deudora de sus maestros Kropotkin, y su consideración de agrupaciones creadoras, y Wagner. Se dieron también numerosos trabajos de estética y sociología teatral, bibliotecas que publicaban obras teóricas y ediciones baratas de autores como Ibsen, así como publicaciones especializadas casi de forma exclusiva en el teatro.

Una de estas publicaciones fue Avenir, cuyo primer número apareció en marzo de 1905, dirigida por Felip Cortiella. Años antes, Cortiella había fundado un grupo teatral en Barcelona, que representó Casa de muñecas en castellano y por primera vez en España. A pesar de la indiferencia de la clase media, los obreros la aclamaron con entusiasmo. Como subraya Litvak, esta introducción de Ibsen en España se produjo antes de la labor ibseniana del dramaturgo y empresario Adrià Gual en el Teatro Intim y, como hemos dicho anteriormente, antes de que el autor noruego estuviera de moda. Por ello, hay que decir que el anarquista Cortiella es el auténtico promotor de Henrik Ibsen como dramaturgo social. En 1903, Cortiella, junto a sus compañeros Joan Casanova y Pere Ferrets, funda el Centro Fraternal de Cultura, en el que se reunía lo más avanzado del movimiento obrero. Se organizaban jornadas musicales, conferencias científicas y artísticas, representaciones teatrales, se creaban grupos de afinidad con las consecuentes excursiones, y se formó una importante biblioteca en la que se prestaban libros a los trabajadores.

El Centro Fraternal de Cultura tenía como objetivo primordial la formación cultural, y la propaganda ideológica era una lógica consecuencia de ello. Precisamente, uno de los nombres de las agrupaciones teatrales creadas en este movimiento obrero y cultural de carácter libertario recibió el nombre de Ibsen. De uno de sus fundadores, Albano Rosell, son las palabras según las cuales la idea era hacer «un teatro nuestro de ideas, de vibración social, de combate y de lucha». La agrupación Ibsen comenzó su actividad con la representación de una obra del autor noruego, Espectres. Naturalmente, a todas estas personas, junto a las inquietudes culturales y formación de los obreros, les preocupaba igualmente la educación de la infancia. Es el caso de Rosell, el cual combinaba sus actividades teatrales con su labor de profesor en la Escuela Moderna de Ferrer, haciéndose cargo en 1904 de la Escuela Moderna de Mogat, fundando en 1906, en Sabadell, la Escuela Integral y la revista Cultura. Entre su numerosa obra escrita, destaca El teatro y la infancia, en la que considera el teatro como uno de los mejores medios, además de divulgación artística, de propaganda, de crítica y de orientación ética y filosófica para los chavales; del mismo modo, lamenta en este texto teórico la mercantilización de la actividad teatral y se esfuerza en liberarlo de toda especulación empresarial.

Por lo tanto, entre los autores preferidos por los anarquistas, con obras que reflejaran los problemas sociales y modernos, estaba Ibsen y, en concreto, su obra Un enemigo del pueblo. Hay que decir que, a pesar de ser el anarquismo una de las corrientes decimonónicas del socialismo, si esta obra gustó a los libertarios fue por su defensa del individuo, el cual desea realizarse plenamente al margen de toda coacción social. Estamos hablando de unas ideas que extienden su concepción de la libertad a lo social, por supuesto, pero siempre sin imposición alguna, y esa defensa conjunta del individuo y de la justicia social resulta encomiable. Muy importante resulta esta cuestión para recordar a los que quieran reducir a Ibsen a una mera lectura liberal. Un enemigo del pueblo se estrena en 1893 por parte de la compañía Tatau en el Novedades de Barcelona, un hecho considerado crucial para el nacimiento del teatro obrero. Frente a la extrañeza de la prensa burguesa del éxito de esta obra entre los trabajadores, en la que el protagonista arremete contra el populacho y cuestiona el sufragio universal, la crítica de El productor vendría a poner las cosas en su sitio publicando la siguiente reseña:

 Ibsen es el Hércules que arremete decidido contra todas las farsas, todos los convencionalismos, todos los bastardos intereses, levantando sobre tanta ruina el mundo nuevo, con su moral y justicia y ciencia positivas.

Se denuncia así la visión burguesa, interesada y reduccionista, y se alaba al autor noruego con su filosofía, su ciencia y su calidad escénica, la sencillez y naturalidad de su dramaturgia, y la justeza y realismo de sus protagonistas, «porque son reales, y son simbólicos, porque cada tipo representa toda una clase, toda una institución». Se critica, en definitiva, «el arte por el arte» y se reclama un mayor horizonte para la representación teatral, tal y como realiza Ibsen, con el que los anarquistas se identificaron plenamente:

Todo cuanto los anarquistas hemos dicho, aparece en la obra, a veces con una sola y elocuentísima frase… Por eso resultó la producción para nosotros un verdadero acontecimiento, un acto de los nuestros, con la gran cualidad de revestirse con la más bella envoltura artística… así acuden los trabajadores al Novedades a sostener la obra con sus aplausos contra el significativo mutismo.

Las representaciones siguientes de Un enemigo del pueblo, por parte de otras compañias, serían siempre una acontecimiento para la clase obrera. Incluso en Madrid, y a pesar de alteraciones en la obra original y la indiferencia entre la clase media, fue siempre apoyada por los trabajadores. En La Idea libre, otra publicación ácrata, se publicó un artículo llamado «El anarquismo en el teatro», en el que se mencionaba a Ibsen como prueba de que grandes autores se acercan, de forma consciente o inconsciente, al ideal ácrata.

Junto a Un enemigo del pueblo, no dejaron de tener éxito entre los obreros otras obras del noruego como RosmersholmSpectres y la propia Casa de muñecas. Esta obra fue representada por Cortiella en el Teatro Circo Español con el título de Nora (nombre de la protagonista), y a la entrada se regalaba al público un número de Teatro social, con el retrato y la biografía de Ibsen, un estudio del drama y un artículo sobre el teatro y los anarquistas. Todo eran encomiables y productivos esfuerzos por poner el medio al servicio de la emancipación social. Incluso, las obras de Ibsen ofrecidas en teatros burgueses eran reseñadas en los medios libertarios, ya que se consideraba lógico el éxito de la obra del noruego, al igual que lo es la imposición de una verdad científica.

Se consideraba que un teatro sociológico ayudaba también a comprender el progreso científico y lógico de la sociedad hacia una organización más perfecta. Es por eso que tanto gustaba Ibsen, tal y como publicó Teatro social: «ha despertado inteligencias, ha emancipado, ha hecho más: ha creado un teatro sociológico», Ibsen dejaba al espectador «el campo libre del dogmatismo para que pueda representar a su antojo el proceso evolutivo de la sociedad futura». Tal y como sostiene Litvak, esta actitud científica de los libertarios no les hace subordinarse al naturalismo, a la reproducción fotográfica y verídica del mundo, ni caer en un rígido realismo. Aunque los anarquistas se consideraban a sí mismo realistas, en su labor existe siempre un propósito social, un deseo de expresar el ideal subyacente en la realidad.

Capi Vidal

http://acracia.org/

LA INTERNACIONAL ANTIAUTORITARIA DE SAINT-IMIER EN 1872

Los tiempos rebeldes necesitan de organización, de encontrarse y discutir sobre la humanidad, de obtener nuevas ideas consecuencia de arduos debates y también nuevas estrategias nacidas de la reflexión y el conflicto constructivo. Mientras se escribían las líneas de este artículo, se cumplen 150 años de un congreso internacional antiautoritario donde las ideas librepensadoras y el federalismo anarquista se debatían en la Europa de abajo y a la izquierda de aquellos tiempos. A finales del verano de 1872 se reunió por primera ocasión la Internacional de Saint-Imier, fundada por Mijaíl Bakunin y James Guillaume, tras ser expulsados en el Congreso de La Haya de la Primera Internacional.

Siglo y medio después de aquél encuentro, se han vivido algunos ciclos históricos de revolución y experiencias emancipatorias de la clase trabajadora, pero también la gran derrota obrera que ha supuesto la aplastante imposición del neoliberalismo global. Esto hace que sea más necesario que nunca regresar a un horizonte de organización internacionalista que recoja los ideales humanistas de estos congresos históricos y adaptarlo a la lucha social de la actualidad y la superación del capitalismo.

Orígenes de la Primera Internacional y camino hacia la escisión marxista y bakuninista

Desde la Revolución de 1848 en Europa las jóvenes generaciones de trabajadores, fueron fraguando lentamente movimientos y se fundaron pequeñas organizaciones que veían necesario relacionarse internacionalmente. Entre los años 1862 y 1864 en ciudades como París o Londres, algunos núcleos obreros trabajaron directamente en la labor de esa vinculación. LEER MÁS.

fuente: ACRACIA

Stuart Christie, in memoriam

No esta siendo fácil este año 2020. Estamos asistiendo, por distintas razones, a la desaparición de una generación que marcó la historia reciente de nuestro país. Ya sea por las consecuencias de la pandemia del coronavirus o por terribles enfermedades hemos perdido a una parte de la historia que nos podían contar en primera persona acontecimientos de trascendencia.

Uno de esos personajes que nos ha dejado recientemente ha sido Stuart Christie. El pasado 15 de agosto el corazón de Stuart dejaba de latir tras una terrible enfermedad que acabó con él en poco tiempo. Su muerte generó una escalada de condolencias y de recuerdos, lo que indica de la importancia del personaje que se nos ha ido. Agradecemos este pequeño espacio para poder recordar a Stuart en su justa dimensión, por la importancia del trabajo que realizó y por lo que significó para nuestra historia reciente.

En todos los obituarios que han aparecido de Stuart, ya fuese en prensa generalista o en periódicos más militantes, ha habido un hecho que se ha destacado por encima de otros: Stuart Christie fue el anarquista británico que en 1964 intentó asesinar al dictador Franco en el palco del Santiago Bernabéu. Y ciertamente, Stuart, que llevaba conociendo el anarquismo desde tiempo antes, había entrado en contacto con círculos de exiliados españoles en Francia y había ofrecido la posibilidad de participar en un atentado que pusiese fin a la vida de un dictador que llevaba dominando el país bajo una fuerte represión desde 1939. Todos estos pormenores, Stuart los explicó en un libro autobiográfico de dicho acontecimiento bajo el título de General Franco made me a terrorist, que fue publicado en España con idéntico título (Franco me hizo terrorista. Memorias de un anarquista que intentó matar a un dictador). No merece la pena, por lo tanto, insistir en este aspecto que tanta tinta ha suscitado. Para eso nos remitimos al propio trabajo de Stuart. LEER MÁS

TODO POR HACER

Cuarenta años de la muerte de García Oliver. El alma de Los Solidarios y Ministro de Justicia Popular

Este mes de julio del año 2020 se cumplen cuarenta años de la muerte de un hombre que fue historia viva de su tiempo, un revolucionario de acción y de palabra, pues manejaba perfectamente la oratoria. Murió solo, murió lejos de Reus, su pueblo natal; y yacen sus huesos en Guadalajara, México, país donde se exilió. Este artículo, además de repasar su vida política en una efeméride tan señalada, quiere dar a conocer la investigación histórica que ha propiciado localizar la tumba de Juan García Oliver, desconocida hasta el momento actual. En tierras mexicanas se encuentra uno de los corazones más apasionados de la memoria libertaria.

Juan García Oliver fue camarero de profesión desde los trece años en diversos restaurantes de Barcelona, tuvo una trayectoria vital intensa, trepidante y novelesca. Es una de las figuras más importantes del anarcosindicalismo español que encierra una de las rarezas más peculiares de la historia libertaria, y es que este militante anarquista catalán fue nombrado Ministro de Justicia el 4 de noviembre de 1936, en plena Guerra Civil española. Un revolucionario que tan solo había pisado los tribunales como acusado, y que había pasado doce años de su vida en prisión por sus acciones en el grupo Los Solidarios en los años 20, y posteriormente en la República española por practicar la táctica de la gimnasia revolucionaria.

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FUENTE: TODO POR HACER

Cazarabet conversa con… Julián Vadillo, autor de “Historia del Anarquismo. Organización, acción y agitación” (Guía Burros. Editatum)

Julián Vadillo escribe una “guía del anarquismo” para la colección “Guía Burros” que es una “guía de conocimiento y saber” ideada por Eduardo Montagut para Editatum Editores.

¿Qué es Guía Burros? Los Guía Burros son manuales básicos para aprender a utilizar una herramienta, realizar una actividad o adquirir un conocimiento determinado de manera sencilla y fácil.

La sinopsis del libro:

El anarquismo fue una ideología que dio respuesta a la sociedad capitalista en el momento más álgido de su desarrollo en el siglo XIX, teniendo en su base una fuerte defensa de la libertad individual que llegaba hasta solicitar la desaparición del Estado. Las ideas libertarias, herederas de tradiciones de lucha antiautoritaria, representaron un nuevo modelo social, organizativo, económico y político que rivalizaba con otras corrientes del movimiento obrero y se convirtió una de las referencias político-sociales básicas hasta bien entrado el siglo XX.

En esta obra, clarificadora y rigurosa, el autor aborda los orígenes de esta ideología, los personajes más relevantes que la impulsaron y las consecuencias que tuvo su implantación en diferentes países, especialmente en España.

El autor, Julián Vadillo. Ya hemos conversado varias veces con este historiador amigo:

Abriendo Brecha

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/brecha.htm

Por el pan, la tierra y la libertad. El anarquismo en la revolución rusa

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/porelpanlatierra.htm

Socialismo en el siglo XIX. Del pensamiento a la organización. Raíces, origen y desarrollo del laboratorio socialista antiestatal en el siglo XIX

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/socialismosigloXIX.htm

Historia de la CNT. Utopía, pragmatismo y revolución

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/historiacntvadillo.htm

Historia de la FAI. El anarquismo organizado

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/historiafai.htm

Julián, ¿estamos ante una especie de libro introductorio que nos aproxima a las bases y a los pilares sobre los que se fundamentó y creció la ideal y el ideal anarquista y libertario tanto desde el espectro internacional hasta el nacional? Este libro, ¿es una aproximación al anarquismo?

-El libro está pensado como una introducción en dos vectores. Por una parte, dar a conocer a quien le interese una historia sintética del movimiento anarquista tanto internacional como en España. Y, por otra parte, está pensando también como una herramienta didáctica, para que profesores y alumnos en los grados medios y superiores puedan trabajar las ideas libertarias y su historia. A partir estas síntesis se pueden preparar clases y actividades de profundización cuando se aborden estos temas.

-Con esta lectura, amigo, ¿se rompen los mitos, digamos falsos, que hay todavía rondando sobre el ideal anarquista?

-Se intenta que la gente que quiera aproximarse y empezar a estudiar el anarquismo no lo vea como en cúmulo de lugares comunes al que nos tienen acostumbrados

-En una sociedad en plena expansión de la competitividad, del neoliberalismo económico y del capitalismo más salvaje….se decía y se expandió la idea que esto era lo que guardaba el sinónimo o la correspondencia con “el orden”  y  “lo organizativo”, mientras que las ideas anarquistas y el anarquismo eran equivalentes al desorden o a la organización cuando para poner al día a las ideas anarquistas desde el plano económico, político y social hay que tener, como mínimo, mucho más “orden” y “organización del que requiere “el sistema tal como lo conocemos hoy”…¿qué nos puedes comentar?

-Es uno de esos lugares comunes. Si algo distinguió al anarquismo en general y al español en particular fue su defensa de la organización como elemento básico. No podía haber transformación si no hay organización que articule la alternativa. Y esa organización la componía el ámbito societario, el educativo, el político, el económico, etc. El anarquismo no fue una idea de cuatro iluminados que lanzaban bombas o eran soñadores de un mundo sin leyes. Es un fenómeno organizativo complejo, de debates ideológicos muy profundos que en algunos lugares dio organismos poderosos de defensa de los intereses de la clase obrera.

-¿Las ideas anarquistas nacen o tienen lugar en común y rápidamente se expanden por muchos lugares diferentes, dispares y variopintos que, a la vez, han sido y/o actuado como células replicantes y éstas , también, a su vez… ¿es así?, coméntanos…

-Las ideas anarquistas son un conjunto de doctrinas que dan una respuesta a la sociedad industrial capitalista. Surgen como resultado de dos procesos. Uno puramente ideológico donde pensadores tales como Bakunin, Kropotkin, Proudhon o Malatesta aportan cuestiones doctrinales y de organización, y otro en la práctica organizativa societaria y de grupos donde se articulan las aportaciones prácticas de las ideas libertarias. Esas son las que la componen importantes grupos humanos que presentan sus organismos como reflejo organizativo de lo que quieren en la sociedad a la que aspiran.

-¿Hay tantos “anarquistas” como gentes se acercan y lo sienten haciendo de estas ideas las suyas?

-Yo creo que no, porque eso es tanto como decir que cada uno es anarquista a su manera. Es cierto que el anarquismo es heterodoxo y da pie a distintas interpretaciones. Pero también tiene una serie de ejes comunes sobre el que se adhiere aquellos que lo defiende. Lo que es sí es cierto es que los organismos anarquistas no crearon ningún tipo de programa cerrado, sino que todo estaba siempre en permanente debate y eran guías sobre las que se podía trabajar y perfeccionar.

-Acércanos, por favor, brevemente a esos rasgos ideológicos del anarquismo…

-El anarquismo es, ante todo, un movimiento político antiautoritario, que busca la abolición del Estado como organismo coercitivo para sustituirlo por la libre federación de individuos y grupos. Su modo económico era el socialismo, que será entendido por Bakunin como un modelo colectivista y por Kropotkin o Malatesta como un modelo comunista. Esto es importante porque hay algunas corrientes del liberalismo más extremo que se intentan apropiar de las ideas anarquistas alejándolas del socialismo. El movimiento anarquista, como he dicho antes, surge como respuesta a la sociedad industrial capitalista y su alternativa es socialista. Ese ultraliberalismo no es anarquismo, es otra cosa. El anarquismo parte del individuo, pero inserto en sociedades y asociación y aunque no interpela solo una clase sino al conjunto de la sociedad su medio de acción está en el obrerismo que es donde crece y ofrece alternativas.

-Todos estos cuatro pensadores del anarquismo tenían su raíz en común, pero cada uno “creó” su escuela, ¿no? ¿tenían sus seguidores?; ¿en cada país influyeron más unos que otros?

-Como todo movimiento, el anarquismo tuvo sus pensadores y unos fueron perfeccionando a otros. Desde Proudhon con sus teorías mutualistas hasta Kropotkin y Malatesta con las comunistas, pasando por Bakunin y el colectivismo. Aun así, aunque a nivel de alternativa económico unos fueron perfeccionando a otros, en realidad hubo cuestiones perennes que fueron adoptadas. Por ejemplo, de Proudhon permaneció su concepto del federalismo. De Bakunin su concepto de organismos amplios e internacionales, insertos dentro del movimiento obrero, así como la dualidad organizativa, tanto anarquista como societaria. De Kropotkin su concepto de comunismo anarquista y de Malatesta su análisis general de los debates que se dieron a finales del siglo XIX e inicios del XX sobre el papel del anarquismo y la necesidad de internacionalización del mismo. Luego, dependiendo del lugar, pues tuvo más fuerza una que otra. Los países donde el anarquismo tuvo un importante arraigo fueron España, gran parte de América Latina (sobre todo Argentina, Uruguay o México), Italia, Rusia, parte de Francia, etc.

-¿Cómo le fue al Estado Español en este viaje?

-España es fiel reflejo de esa síntesis. El anarquismo español fue societario y dual por Bakunin, federalista por Proudhon, analítico por Malatesta y comunista por Kropotkin. El ejemplo de la CNT y la FAI son esclarecedores en ese sentido.

-¿La esfera internacional del anarquismo influye más en la nacional que al contrario o qué nos podéis comentar?

-Los debates internacionales al final son reflejo de los debates que se dan en cada territorio, que posteriormente se elevan a niveles superiores. De todos modos, a diferencia de otros movimientos, para el anarquismo una realidad nacional no tenía que determinar la de otro. Por eso nos encontramos con ejemplos como Argentina, donde el modelo sindical es puramente anarquista y España, donde el modelo es de estructura anarquista pero no era necesario ser anarquista para pertenecer a él. Esa diversidad también es parte integrante del anarquismo.

-¿Organizarse en torno al funcionamiento de una sociedad internacionalista y librada de ataduras capitalistas fue lo más difícil o lo es más adaptarse sociológicamente hablando?-¿Qué se fue desintegrando, desde el plano social, con el paso de las dos guerras mundiales—la I y la II—y sus respectivas posguerras con sus posteriores y respectivos desarrollismos que eran tomados como sinónimo de “recuperación” y que venían de la mano del capitalismo más voraz?

-El entorno en el que creció el anarquismo en su origen era un tanto diferente al panorama tras la Segunda Guerra Mundial. Hay un factor determinante en este sentido. En la década de 1920 y 1930 se produjo el ascenso de los totalitarismos. Y la represión contra el movimiento anarquista fue muy grande. En algunos lugares prácticamente desapareció y en otros se forjó en un exilio que acabó con el paso de tiempo por hacerlo también desaparecer. No olvidemos que el fascismo y el estalinismo desarrollaron una política de anulación total del oponente. Pero, por otra parte, la alternativa anarquista no se mostró tan solvente en los años decrecimiento de la sociedad del bienestar. Aun así, cuando se produjeron momentos de ruptura con ese modelo, buscando alternativas, el anarquismo siempre brotaba. Un ejemplo fue Mayo del 68 y todo lo que ello conllevó, aunque se tradujese en una nueva derrota.

-Hay aquí datos que pueden llamar la atención al lector o lectora que se acercan al anarquismo por primera vez…por ejemplo esos inicios de la idea del anarquismo en la historia antigua, en la Revolución Francesa…

-El anarquismo no viene de la nada. Muchas veces nos pensamos que en Historia las cosas brotan como las setas en otoño. Pero en realidad todos los pensadores y movimientos se basan en otros anteriores de los que han sacado lecturas. Lo que tiene que quedar claro es que esos pensadores y movimientos no son anarquistas en el sentido de la palabra, sino que sus ideas ayudan al desarrollo de lo que sería la alternativa anarquista como respuesta de la sociedad industrial. Con ello se quiere mostrar que los movimientos no son binarios ni homogéneos, sino que hay una diversidad enriquecedora. Me refiero, sobre todo, a la Ilustración y la Revolución francesa. La Ilustración fue más que Voltaire, Montesquieu o Rousseau, y la Revolución francesa más que los jacobinos y los girondinos. Por eso este libro está pensado para estudiantes, porque cuando estudias en profundidad esos procesos te das cuenta que son complejos, pero ni en enseñanzas medias ni en universitarias se estudia con profundidad los procesos salvo que sean cursos monográficos y pocas veces se da.

-¿Qué podríamos destacar del anarquismo en acción?-¿Qué destacarías como diferente y diferencial del anarquismo en España?

-Dos cuestiones que son básicas para tener en cuenta el arraigo del anarquismo en España. El primero su deseo de organización. Una cuestión que los franceses le preguntaron a Tárrida de Mármol y este dijo precisamente eso, que el anarquismo español era organizado. Y, por otro lugar, el pragmatismo. Análisis pragmáticos que le permitieron conectar con la clase obrera para ofrecer su alternativa.

-¿De qué es heredero el anarquismo del Estado Español y quién se ha mirado en el anarquismo de España?

-Es heredero de la tradición de la Internacional, de las aportaciones doctrinales dichas más arriba, del desarrollo del sindicalismo revolucionario (aunque España también aporta al modelo sindicalista revolucionario francés del siglo XIX), etc. Sobre quien se ha mirado en el anarquismo español, en realidad todo el mundo libertario. Las aportaciones de los españoles estuvieron presentes en otros lugares y siempre se tomó como una referencia.

-¿Cuándo el movimiento libertario deja más la huella marcada en España?-¿El movimiento libertario en España va volviéndose más pragmático en sus idearios y acciones?, coméntanos por favor….

-El movimiento libertario no es que se vuelva más pragmático, es que es pragmático en sus ideas y acciones. Los libertarios fueron, dentro del campo obrero, quienes mejor entendieron las necesidades organizativas y alternativas de los trabajadores. Por eso adapto sus organismos a las circunstancias y actuó en consonancia con el entorno para hacer avanzar a sus ideas. En solitario cuando así lo estimaron y en coordinación con otras culturas políticas cuando fue necesario. Por eso fue un pensamiento ecléctico, heterogéneo y heterodoxo.

-Y cómo queda e intenta rehacerse después de la guerra, la represión, el exilio…

-La derrotada de 1939 es la gran derrota del movimiento libertario, porque su proyecto de sociedad quedó completamente sepultado por el fascismo. Además, el anarquismo se había encontrado otras veces en la clandestinidad, pero no con una represión inquisitorial de exterminio del enemigo como el franquismo impuso. Eso, evidentemente, pasó factura al movimiento libertario. Aun así, intentaron, infructuosamente, dar la vuelta a la situación y recuperar las libertades para España. La contribución de sangre no obtuvo recompensa, en esta ocasión. Aunque se reestructuró el modelo alternativo tuvo una serie de problemas que le impidieron volver a recuperar la frescura y el desarrollo del modelo previo a 1936.

-Las divisiones internas, ¿cómo son, a qué obedecen y no hay pocos que dicen que se pueden solventar…qué nos puedes decir como estudioso del tema?

-En todo movimiento existen diferentes maneras de entender la organización y hay divisiones. La cuestión es si es sostenible y pueden convivir entre sí o llevan a la ruptura. El anarquismo puede presumir de ser un movimiento que desde su implantación en España hasta el inicio de la guerra civil se rompió muy poco y supo reconducir la situación. Sin embargo, el peso de la derrota, el largo exilio desde 1939, el choque generacional tras la muerte del dictador etc., hicieron insostenible mantener dentro de un mismo organismo distintas formas de entenderlo. Cuestiones como el caso Scala solo vinieron a acelerar un proceso que se venía dando con anterioridad y que estaba larvado.

-Muy atractiva esta Guía Burros, desde ediciones Editatum, ¿cómo ha sido participar en ella?

-Ha sido una buena experiencia y desde la editorial han trabajado de forma muy profesional desde el inicio. Tengo que agradecer a Eduardo Montagut que me propusiese para este título y a Sebastián Vázquez que confiara en mi para esta guía de inicio a la historia del anarquismo. También al Instituto de Política y Gobernanza (IPOLGOB) de la Universidad Carlos III de Madrid que ha patrocinado este volumen.

FUENTE: CAZARABET