Encuentro de arte y creatividad de Carabanchel, 24-25 y 26 de mayo. INSCRIPCIÓN

Convocamos el primer Encuentro de Creatividad de Carabanchel (ECC). Unas jornadas para los vecin@s, con mucha conciencia y convivencia, queremos hacer un llamamiento en contra del el uso del arte como una herramienta gentrificadora más.

Con esto queremos dar voz al barrio frente a un problema social tan preocupante, crear conexiones entre los artist@s/artesan@s y vecinos, para liberar al arte de la sombra de la especulación, el clasismo y la endogamia.

Convocamos a vecin@s, artist@s, artesan@s, creador@s, colectivos… no solo a asistir, si no a participar de forma activa.

Queremos dar tiempo y espacio a vecinos y creadores, para que nos muestren su arte, para que comuniquéis y debatamos, para que entre todos hacer una fuerza mayor frente al problema de la Gentrificación. Ya hemos concretado algunas actividades como talleres, charlas, mercadillo…

Por tanto, si crees que tu perfil encaja y resuenan en ti algunas ideas, contáctanos  a través de nuestro formulario y nos pondremos en contacto contigo.

https://forms.gle/bR44pvnfcGFMqhMFA

Taller de Psicología en el Ateneo Libertario Carabanchel Latina: «La indefensión aprendida», sábado 27 de abril 11 horas

La indefensión aprendida (IA) es un fenómeno cuya consecuencia sería creer que nuestra conducta no tendrá ninguna influencia sobre los resultados. Esta creencia se aprende y tiene importantes consecuencias sobre nuestra conducta y nuestro estado de ánimo.

Técnicamente se ha descrito como una expectativa que produce tres efectos:
a) déficit motivacional para emitir nuevas respuestas,
b) déficit cognitivo para aprender que las respuestas controlan los resultados y
c) reacciones afectivas de miedo y depresión.
Además de estudiarla desde la psicología, también discutiremos colectivamente como combatir este fenómeno.

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¡REVOLUCIÓN, REVOLUCIÓN, REVOLUCIÓN!

MUJERES LIBRES ANARQUISMO

Enfrentarse desde la historia a la investigación de una revolución como la que se produjo en España a partir del 19 de julio de 1936, implica tener claro qué se entiende por «revolución». Tan importante es, que hay que dilucidar incluso si hubo tal revolución. Para algunas personas que vivieron los hechos, la revolución se prolongó durante meses (es bastante frecuente que se considerara que se prolongó hasta mayo del 37: unos diez meses escasos) e incluso años (hasta el final de la Guerra Civil). Para algunos historiadores la revolución quedó limitada al verano del 36 (julio, agosto y septiembre): así quedó recogido en el emblemático título de la obra de Hans Magnus Enzensberger: El corto verano de la anarquía. Vida y muerte de Durruti. Incluso, algunos más atrevidos señalan que no hubo revolución porque fue traicionada desde el principio al optar la CNT y la FAI por el frentepopulismo que pronto los llevó a los gobiernos.

La diferente duración, e incluso inexistencia, de la revolución nos indica que personas que la vivieron, o que la investigaron posteriormente, tenían maneras diferentes de entenderla.

Enzo Traverso[1] para conceptualizar la revolución señala que «revolución» proviene de las palabras latinas revolutio y revolveré: retornar a los orígenes. Implica una suerte de rotación en virtud de la cual algo retorna a su punto de partida. En el siglo XVII, se convirtió en un concepto astronómico que definía la rotación de los planetas alrededor del sol. El concepto moderno de revolución surgió durante el siglo XVIII, pero fue la Revolución Francesa la que lo codificó en un nuevo paradigma. La revolución se había convertido en una proyección de la sociedad en el futuro, una extraordinaria aceleración de la historia. El sujeto de este proceso de cambio histórico en el siglo XIX se había transformado: de Dios al proletariado, de una entidad religiosa a una entidad profana (secularización), y su movimiento había experimentado una repentina aceleración. Los seres humanos no tenían que esperar hasta la muerte y el fin de los tiempos para alcanzar el paraíso y la felicidad. Este concepto decimonónico de revolución suscitaba esperanzas motivadas por ideologías y proyecciones utópicas. Con frecuencia las llevaban a cabo fuerzas que encarnaban proyectos políticos y tenían la aspiración consciente de cambiar el orden social y político. Expresaban grandes ambiciones, a veces de carácter universal. LEER MÁS

fuente: acracia

El teatro de Henrik Ibsen y los anarquistas

Henrik Ibsen está considerado uno de los autores más influyentes en la dramaturgia contemporánea, uno de los padres del drama realista y del teatro simbólico; sus obras, todavía hoy, siguen representándose y llenando salas de teatro, por lo que es justo reivindicar a los primeros que supieran ver la hondura de sus transgresores dramas sociales.

El dramaturgo y poeta noruego, antes de que se pusiera de moda en España, ya fue apreciado por lo anarquistas debido a que encontraban en su obra muchos elementos con los que se identificaban. En la imprescindible obra de Lily Litvak, Musa libertaria, se afirma que los ácratas consideraron el teatro, como parte del arte y la cultura, como portador de mensajes y un medio para comunicarse directamente con el pueblo. Esta consideración del teatro como un instrumento social y transformador, expresión crítica de la realidad y capaz de resolver sus problemas, llevaría al pueblo a una identificación con la escena que jamás alcanzaría una intensidad mayor que con los anarquistas.

Si el teatro poseía ya una base popular, los libertarios se esforzaron en ampliarla. Buscando siempre un público entre la clase oprimida que se identificara con las reivindicaciones mostradas, las representaciones se acompañaban de todo tipo de actividades paralelas en las que se pudiera interactuar, y convertir así el teatro en jornadas dinámicas y recíprocas: publicaciones, conferencias, discusiones, música… Estas actividades recogían la idea del teatro del anarquista francés Jean Grave, el cual apostaba por grupos creadores libremente asociados, que darían lugar a una estética libertaria enfrentada a las representaciones profesionales y comerciales. Esta visión de Grave es, a su vez, deudora de sus maestros Kropotkin, y su consideración de agrupaciones creadoras, y Wagner. Se dieron también numerosos trabajos de estética y sociología teatral, bibliotecas que publicaban obras teóricas y ediciones baratas de autores como Ibsen, así como publicaciones especializadas casi de forma exclusiva en el teatro. LEER MÁS

Fuente: Reflexiones desde Anarrres